El oficio de traductor
Traducir es como vivir en una casa construida a base de palabras, donde cada lengua es una habitación diferente, y no confundirse nunca de puerta, ni tropezar con las alfombras, ni caerse por las escaleras, ni buscar la cocina y terminar sin saber cómo en el garaje; traducir consiste en circular por pasillos y rincones en la dirección correcta, también a oscuras, y por si acaso conocer la ubicación exacta de cada interruptor. Para traducir hay que ser capaz de estar en dos lugares al mismo tiempo.
Breve nota biográfica
Licenciado en Derecho y máster en Filosofía del Derecho. Desde 2015, traductor autónomo en los siguientes ámbitos: literatura, cine, derecho, textos académicos (filosofía, teatro y crítica literaria, ética), arte, educación, turismo y deporte. He vivido en Londres, Praga, Montreal y Estrasburgo.